Estas empresas representan un número muy elevado de las empresas del mercado del metal, pero la parte reservada a las estructuras metálicas es minoritaria en su actividad. Por lo general, las empresas son pequeñas o medianas y están organizadas por departamentos: administración, ventas, compras, oficina de diseño, producción, etc. La oficina de diseño y la producción pueden a veces agruparse en un solo departamento, de modo que las personas que modelan son también las que producen en el taller.
Fabrican pequeñas construcciones, mobiliario urbano o de interior, macetas, ventanas y verjas, piezas industriales, cerrajería en varias formas y proyectos especiales con una fuerte dimensión artística y personalizada. La normalización es prácticamente inexistente.
Este tipo de estructuras se compone de perfiles, ángulos, tubos redondos y cuadrados, planos y chapas.
Estas empresas producen proyectos a pequeña escala, pero con márgenes elevados. El énfasis se pone en la calidad y la experiencia más que en el volumen. La optimización del rendimiento no es un factor crucial, aunque la necesidad de adquirir máquinas CNC pueda estar justificada en algunos casos.
Hay que optimizar el enlace con la oficina de diseño, ya que los proyectos se elaboran con programas de CAD que no siempre son específicos de la construcción metálica.
En segundo lugar, los metalúrgicos deben optimizar el uso del acero organizando metódicamente su gestión de stocks y compras: asegurarse de que disponen de las existencias necesarias para la producción del día, velando al mismo tiempo por que estos inmovilizados no les cuesten demasiado dinero ni ocupen demasiado espacio en sus centros de producción, a menudo limitados en cuanto al espacio disponible.
Además, el proceso (serrado, taladrado, punzonado, fresado, cizallado, marcado, scribing, etc.) puede realizarse manualmente o con máquinas de control numérico. No es un elemento crucial en su rentabilidad.
Las estaciones manuales de punzonado, soldadura y pintura son las más cruciales para optimizar. Los ensamblajes son únicos, complejos y artesanales, y requieren un alto nivel de destreza por parte de los punzonadores y soldadores. Estos puestos de trabajo deben estar equipados con herramientas digitales que permitan visualizar el trabajo en 3D, facilitando su comprensión antes de la fabricación.